Agradable tarde del 23 de Febrero donde por tercera vez se presentaba la dulce, pausada y refinada voz de Laetitia Sadier en Chile, claro esta que es imposible olvidar a tan emblemática como Stereolab y aunque queda en el recuerdo es simplemente todo un placer sentarse a oir sus acordes.
El Museo de la Moda en su terraza se preparó para recibirla, rodeada de arboles y unas cuantas sillas se presentó “Silencio” (Drag City 2012) segunda placa de la chica, que durante un encuentro personal cuenta la historia de porqué el titulo en español, de una placa que deja atrás las críticas políticas como lo fue en “The Trip” 2010.
Silencio tiene una estrecha relación con España que es donde frecuentemente se acerca a explorar tanto personal como musicalmente, una placa donde se mantiene los sellos característicos que sólo Sadier puede mantener, es que su voz es delicada, más bien refinada que a pesar de los sólo 9 temas que cantó no dejó el vacío de querer más, es esa elegancia que te cautiva y te deja realmente satisfecho sobretodo al oír el matiz entre acordes de su sin igual guitarra y ritmos acelerados cuasi bailables donde es inevitable “mover la patita” al compás de “Find me the Pulse of the Universe”.
Cuando menciono Monade, ella sonrie y clara está la sensación de satisfacción con 6 placas editadas, no obstante ella busca su independencia absoluta lo cual le ha dado el piso en el que se encuentra.
Acompañada de un baterista y bajista, la presentación culminó con la serie de 3 conciertos que realizó en Chile, y es que realmente hay muchos seguidores que guardan absoluta lealtad por la voz de “Stereolab” aunque ella mantiene bien definidas las distinciones de su pasado musical y trata de mantener su sello característicos no obviando que la etiqueta de Stereolab se mantiene a través del tiempo.
Iniciando con “The Rule of the Game” que tiene esa característica de intro y terminando con “Etoile” Sadier se conecta con su público fiel, que hasta niños franceses correteaban durante su concierto, a pesar que se encontraba enferma sin la energía habitual, su presentación fue inpecable y sentarse en el suelo acompañada de un cálido viento simplemente me reafirmó porque existen talentos a los cuales se les debe un respeto absoluto.
La primera vez me la perdí, me enteré el mismo día que se presentaba en el Club Amanda y fue un golpe duro, su paso por Chile jamás pasará inadvertido,
esta vez fue ella la que me dejó en Silencio a mi…
Agradecimientos: Philippe Boisier/ Soledad Evans